martes, 23 de febrero de 2010

AYER VI A BANKSY EN BERLÍN

Berlín, Lunes 22 de Febrero 2010.


Ayer fui al cine, o como dicen aquí estos días: fui a la Berlinale. Vaya que fui a ver un documental en el "Berlinale Palast", que es el teatro donde entregan los premios y el epicentro del festival. Es donde está la alfombra roja, por donde han pasado las "estrellas" y gente del celuloide para presentar o promocionar las películas que se han proyectado en esta sexagésima edición del festival de cine de Berlín. Scorsese, Di Capprio, Ewan McGregor, René Zellweger o el siempre impecable Pierce Brosnan han sido algunos de los nombres más conocidos que han venido este año a salvar la escena de celebridades. Que por lo que dicen algunas crónicas, este año, la presencia de famosos, aka glamour, ha sido más bien escasa.


De los que nosotros podemos conocer, de los de casa dijéramos; hemos tenido a un Alejandro Amenabar, en calidad de productor, a Belén Rueda o a Eduardo Noriega. Los tres presentaban, junto al director novel Oskar Santos (sí, sí, con K), la película El Mal Ajeno. Fuera de concurso, así que sin más trascendencia en esta Berlinale, que estaba de celebración por sus 60 años mostrando, dicen, lo mejor del cine.


Ayer salió el sol y durante el paseo en bici desde casa hasta el cine, el cielo de Berlín parecía anunciar el fin de esta mini era glacial que hemos vivido en la ciudad, aun muy cubierta de hielo y nieve. Pero es cruzar la cicatriz del muro, llegar a la plaza Marlene Dietrich, donde se encuentra este espectacular Theater am Postdamer Platz (del arquitecto Renzo Piano), y toda la parafernalia y trajín de gente te calienta el cuerpo. Toda esta zona está plagada de enormes edificios modernos y brillantes que te hacen sentir como una hormiga más, parece otra ciudad. ¡Bienvenidos a Metrópolis! El logotipo del festival y los carteles con las películas están por todas partes. Es como una minipolis del cine, que ayer estaba de resaca pero con buena cara. El sábado fue el día grande y se entregaron los Osos de Plata y el Oso de Oro, que este año ha sido para la película Miel, que cierra la trilogía del turco, Semith Kapalanoglu, iniciada con Huevo y Leche. Casualidad lo del oso y la miel o no, el director se permitió una pequeña broma al respecto al recoger el premio.


Pero lo que yo os quería contar es la, sensación, en un primer momento, grata que me dejó el documental Exit through the gift shop (Salida por la tienda de regalos). Una película de Banksy, el anónimo y misterioso "artista callejero" de Bristol. La película, presentada por Paranoid Pictures, burlándose de la famosa productora y distribuidora, te hace dudar desde el principio sobre la veracidad la historia que nos cuenta.


El documental, firmado en cualquier caso por Banksy, que hace las veces de narrador, retrata la transformación de un padre de familia Thierry Guetta, obsesionado con gravar en video todo lo que le pasa, a un llamado "artista callejero" (Mr. Brainwash- Sr. Lavado de Cerebro). Al principio Banksy nos presenta a este escéntrico personaje, de origen francés y afincado en Los Angeles, donde nos muestra videos casero con su esposa e hijas. Guetta, que aparece siendo entrevistado en lo que parece el jardín de su casa, nos intenta explicar su obsesión por grabarlo todo en video. Asegura que tiene miedo de no poder volver a vivir esos momentos cotidianoa que le hace sentirse vivo y por eso lo graba todo. Graba su vida entera. Hasta que se cruza con el llamado "arte callejero" a través de su primo durante unas vacaciones con su familia en Francia. Resulta que el primo es el conocido en el mundillo como "Space Invaiders", artista callejero que coloca sus placas con mosaicos de colores imitando las naves del videojuego del mismo nombre. Esta casualidad en concreto me hace dudar de la autenticidad de la historia del tal Guetta, pero bueno.


A partir de ahí se introduce en el mundillo del arte callejero/graffiti. Seducido por la adrenalina del vandalismo y la ilegalidad, empieza a seguir con su cámara a conocidos artistas de esta escena, como al californiano, Shepard Fairey (Obey). Que será eventualmente el nexo entre Guetta y Banksy. Porque el francés, al ir conociendo a los distintos artistas y acompañarles documentando sus fechorías artísticas, descubre la figura del enigmático artista de Bristol. Del que le cuentan que es imposible de localizarar y menos aún grabarle en acción. Esto hace que Guetta quiera "capturarlo" con su cámara a toda costa, hasta que lo consigue y llega a entablar una especie de amistad con el escurridizo "activista" inglés. Éste le permite mostrar su modus operandi, su estudio y hasta los cientos de libras esterlinas con la cara de Lady Di en lugar de la Reina Isabel II. En esa secuencia de la película Bansky le explica a Guetta, sin parar de grabarlo todo, que había pensado tirar los billetes "modificados" en algún festival o algo parecido, como si alguien hubiera decidido compartir su fortuna y la gente podría pagar las cervezas con billetes de la fallecida princesa de Gales. Guetta sigue con la cámara, parece no haber entendido lo que acaba de grabar. El de Bristol reflexiona y comenta, "había falsificado un montón de dinero y podrían condenarme a 10 años". A lo que contesta el francés: Ah, pero los has hecho tu?


El problema llega cuando Thierry Guetta no es capaz de editar y hacer una película con los cientos de cintas que ha grabado a lo largo (según dice el documental) seis años. Tras comprobar su inaptitud para hacer un documental aceptable, Banksy propone al francés hacer su propio arte callejero. Animado por la idea, Guetta se transforma en Mr. Brainwash y a modo Mr. Hyde, se carga todas las reglas no escritas del "mundillo" y acaba en la concesión de este arte reivindicativo ante el propio sistema que se critica. Mr. Brainwash decide montar una especie de espectáculo-exposición de lo más grotesco en el que sus compañeros del arte callejero no volverán a participar, por traspasar ese difuminado límite de vender el alma del artista al diablo, en este caso el sistema capitalista y global. Una vuelta de tuerca que acaba con un documetal sobre arte callejero, que no deja indiferente y que la Berlinale se ha atrevido a presentar en su programa. Un paso más, no sé, si hacia el establecimiento del arte callejero y del graffiti en la Institucionalidad o hacía lo contrario. En fín, Vive Blek le Rat! Que no sé que pensará Blek le Rat de esta historia, pero me gustaría saberlo. Esta película le debe mucho, muchísimo a ese pionero de las plantillas que tanta fama ha dado al tal Banksy.


Al salir por la famosa alfombra roja dos mujeres se nos acercaron para que le hiciéramos una foto con el cartel del festival de fondo. Al devolverles la cámara de fotos, una me dice mientras sonríe: Te pareces al Banksy ese. - Desgraciadamente no, le contesto pensando en las diferencias económicas. Aunque igual sí, quién sabe. Al final el cine tiene esa magia cursi que me recuerda cuando era niño y salías flipando de la sala, con esa ilusión de emular, o al menos ser por un día, el héroe de la película. En este caso el inglés, a mi juicio, vuelve a pecar de vanidoso pero el tío tiene ese algo que se envidia y admira al mismo a partes iguales.


TRAILER EXIT THROUGH THE GIFT SHOP

1 comentario:

  1. Genial cronica Operario L™
    Me gusta su estílo bro! Haber si se anima y hace un relato de aquellas acciones Redretrianas ¿no?

    Banksy por supuesto es un referente, pero de todo lo que has dicho la mayor verdad es la deuda que tiene con Black Le Rat, el cual fue el pionero y hoyno es ni la mitad de conocido que el Inglés.... Deberiamos salir a la calle a recordarlo...

    Y bueno, a seguir jugando al jueguito ¿no?
    Suerte con esas fotos....

    Salud y Pegatinas!
    A™

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